La ambliopía u “ojo vago” sucede porque uno de los ojos no se comunica bien con el cerebro. Si las imágenes que llegan al cerebro son diferentes, éste no prestará atención a la imagen que viene de uno de ellos, con el fin de no tener visión doble. Esta se ha convertido en una de las principales causas de pérdida de visión prevenible, afectando a entre el 3% y el 5% de la población infantil.
Según los especialistas el periodo de desarrollo de la ambliopía ocurre antes de los ocho años de vida debido a la plasticidad del sistema visual a edades tan tempranas. Por ello, es muy importante detectarla a tiempo y tratarla cuanto antes, ya que el periodo de diagnóstico y tratamiento es imprescindible para garantiza los buenos resultados.
Se puede prevenir se realizan exámenes visuales periódicos al niño. Es fundamental el que la ambliopía se corrija en edades tempranas, pues se ha demostrado que las células cerebrales que se encargan de la visión que no han sido estimuladas en el desarrollo serán mucho más complicadas recuperarlas cuando ya están maduras.
Esta afección puede provocar mala visión y afectar a la calidad de vida del paciente si no se trata. Además, existen en la actualidad pocas terapias para adultos que garanticen el éxito de recuperación. Las opciones de tratamiento actuales, como parches o la atropina, se asocian a un escaso cumplimiento y bajas tasas de éxito.
Novedades en el tratamiento
El tratamiento para la ambliopía es forzar a usar el ojo perezoso. Por el momento, uno de los tratamiento más utilizados es el uso de lentes compensadoras en gafas o lentes de contacto, un programa de entrenamiento visual, cuyo objetivo es restablecer con ejercicios específicos las capacidades visuales del ojo ambliope, intentando igualarlas a las del ojo normal.
Desde hace muchos años, lo más habitual en tratamientos es ver a niños con parches en uno de los dos ojos; con la idea de que si tapamos el “ojo bueno” se obliga “al malo” a trabajar de manera simultánea. Sin embargo, un novedoso descubrimiento puede acabar con esta típica imagen.
Esta solución no invasiva se llama Amblyotech y consiste en un software que combina tecnologías pasivas con el juego activo con gafas 3D para entrenar a los ojos a que trabajen a la vez, dando lugar a un efecto terapéutico. Utiliza una presentación visual llamada dicóptica, donde a cada ojo se le muestran distintas imágenes.
En base a un algoritmo registrado para entrenar a ambos ojos, estos trabajan simultáneamente para visualizar la imagen completa. Esta nueva terapia, que ya ha estado en análisis clínico, ha demostrado mejoras en la afección más rápidas que los tratamientos tradicionales. La investigación en este ámbito continúa y son numerosos los estudios que tratan de aportar novedades en cuanto a esta afección. Un ejemplo es el estudio Amblyopia: New Molecular/Pharmacological and Environmental Approaches,
de los investigadores Michael P. Striker and Siegrid Loewel, que profundiza sobre cómo las tecnologías emergentes están permitiendo manipular los circuitos cerebrales, así como arrojar luz sobre nuevos tratamientos para la ambliopía.
Como explican los autores en el estudio, esta investigación trata de identificar los “elementos clave del circuito que controlan la plasticidad cerebral y señalan posibles objetivos terapéuticos para promover un recableado en el sistema visual durante y después de la niñez”. Así, Striker y Loewel quieren explorar cómo estos avances recientes pueden guiar futuros enfoques farmacológicos, genéticos y conductuales para tratar la ambliopía.
“Nuevos enfoques experimentales en neurociencia han identificado recientemente vías moleculares, farmacológicas y genéticas prometedoras para la terapia de ambliopía. El objetivo común de estas terapias es aprovechar la capacidad inherente del cerebro para reestructurarse aprovechando circuitos cerebrales específicos y mecanismos celulares que promueven la plasticidad”, afirman los autores.
Entre las aportaciones de este estudio a la investigación sobre la ambliopía, destacan la exposición a la oscuridad de los sujetos, la influencia del ejercicio en la plasticidad cerebral o el papel que puede jugar la coordinación ojo-mano en la terapia del ojo vago.
Causas de la ambliopía
No están exactamente muy claras las causas por las que una persona desarolla ambliopía pero parece que los siguientes motivos pueden provocarla:
- Un estrabismo (ambliopía estrábica). El cerebro no puede utilizar imágenes distorsionadas, confusas, provenientes de dos ojos que no están perfectamente alineados. Para que éstas tengan sentido, el cerebro no presta atención a la imagen que capta uno de los ojos, anulándole progresivamente. Es la causa más frecuente de ojo vago, junto con la ambliopía anisometrópica.
- Diferencias de visión entre los ojos (ambliopía anisometrópica). Distinta graduación óptica en cada uno de los ojos. Un ojo puede ser más miope, hipermétrope o astigmático que el otro ojo. Estos tres problemas visuales impiden que una imagen se enfoque en la retina correctamente. El cerebro, una vez más, utilizará la imagen del ojo que funciona mejor y el otro, progresivamente, lo irá anulando.
- Error en la graduación de un ojo (ambliopía refractiva). Por la percepción de imágenes borrosas en sólo uno de los ojos por un determinado defecto de refracción, como miopía o hipermetropía, mal compensado.
- Enfermedades (ambliopía por deprivación visual). Las cataratas congénitas o los problemas de párpados pueden impedir que uno de los ojos se abra por completo y se desarrolle normalmente en el niño, provocando una ambliopía.
- Ambliopía tóxica. Como consecuencia del consumo de fármacos, alcohol o tabaco.